Rainbow Cupcakes

 
       Este fin de semana largo tuve la alegría de recibir en mi cocina a Tamy Lukacs, una magnífica repostera cuyas dulces maravillas podrán ver explicadas paso a paso en su blog  Panzas Llenas, Corazones Contentos (hacer click).

     Con la enorme paciencia y dulzura que la caracteriza, vino a enseñarnos a mis hijas y a mi a hacer estas coloridas y riquísimas minitortas propias de la gastronomía estadounidense, contándonos todos los secretos para que todo nos salga genial.

     No se pierdan el placer de hacer esta receta, ideal para presentar en fiestas de cumpleaños o llenar de alegría una buena merienda con amigos.

 

Ingredientes:  (para 12 unidades grandes)

Base o Bizcochuelo:

Harina de trigo 0000:  ................. 200 g
Azúcar: ........................................ 200 g
Huevo: ......................................... 200 g (4 huevos medianos)
Manteca: .....................................  200 g
Polvo Royal: ................................ 1 cda. de té
Extracto o esencia de vainilla: ....  1 cda. de té
Colorantes naturales en pasta: ...  5 colores a elección

Cobertura o Frosting: (merengue italiano)

Cara de huevo: ............................. 3
Azúcar: .......................................... doble del volumen de las claras
Agua: ............................................. 1 pocillo de café

Decoración:

Granas esféricas o Sprinkles: ......... un puñado

Preparación:

La Base:

1. Sacamos la manteca o mantequilla de la heladera, la cortamos en pequeños trozos y dejamos que alcance la temperatura ambiente para así poder trabajarla más fácilmente.





2. Comenzamos a batirla hasta transformarla en una pasta cremosa.






3. Luego incorporamos el azúcar y seguimos batiendo hasta integrarlo perfectamente.

4. Perfumamos con un chorrito de extracto natural o esencia artificial de vainilla. Si lo consiguen, siempre es mejor utilizar el extracto, ya que a parte de ser un alimento natural, conserva mucho mejor el aroma después de la cocción.

5. Vamos incorporando los huevos uno por uno y los batimos bien hasta integrarlos completamente. Luego pasamos al siguiente hasta completar.




   No se asusten si la preparación tiene un aspecto cortado. Recuerden que los líquidos jamás se emulsionan del todo con las grasas, si no tenemos la ayuda de ingredientes adicionales.

6. Sumamos la harina de trigo y se acabó el problema. Pueden utilizar una leudante o preparada, que ya contiene en su interior las levaduras químicas necesarias para airear la masa al momento de cocinarla. En este caso, usamos harina de trigo común 0000 (molienda ideal para repostería) a la que le añadimos una cda. (de té) colmada de polvo de hornear Royal.

7. Batimos varios minutos hasta integrar completamente la harina sin dejar ningún tipo de grumos. Nos debe quedar una pasta bien suave, con la cual podríamos hacer unas ricas madalenas, incluso rellenas con una cucharada de dulce de leche o nuttela en su interior. Aunque nosotros iremos por más...






8. Separamos la masa en 5 recipientes en cantidades iguales.

9. Damos color a cada una de ellas con la ayuda de diferentes colorantes en pasta que se venden en pequeños frasquitos en casas de repostería y cotillón. Son extremadamente concentrados, así que la idea es utilizar muy poco, dosificando la cantidad con la parte trasera del mango de una cuchara de té, tal como muestra la imagen de abajo. 

Para ciertos colores con sólo una dosis bastará, pero en otros deberán agregar una cantidad extra, aunque siempre es bueno ser prudentes e ir incorporando de a poco. La pasta del colorante es bastante densa por lo que es algo difícil de mezclar,  así que cerciórense que se ha integrado perfectamente y no hayan quedado grumos de color. En ese caso deberán aplastarlos contra las paredes del bowl y luego deshacerlos mezclando enérgicamente para homogeneizar la tonalidad.

  

  Con el colorante en pasta, se obtienen hermosos y vivos colores que pueden elegir a su gusto. Es mucho mejor que los colorantes líquidos ya que éstos últimos son mucho más diluidos y  no alcanzan este nivel de tonalidad tan sarturado. De más está decir que están hechos con extractos vegetales naturales que no dañan la salud ni alteran el gusto y aroma de la masa.

10. Disponemos los moldes o pirotines de papel para cupcakes en los huecos de las bandejas siliconadas especiales que pueden adquirir el cualquier bazar gastronómico.

 

11. Llegó la hora de rellenar los moldes. Podemos optar por hacer capas iguales, una sobre otra, colocando una cucharada bien colmada de cada una de las masas coloridas y alisando con cuidado el producto...

 

... o disponer cada cucharada en forma más aleatoria sin respetar las capas. En cada caso, obtendremos un efecto diferente pero igual de atractivo. Lo importante es no pasarse de las 3/4 partes del molde de papel, ya que la masa va a levar al momento de la cocción.

 

12. Una vez que hayamos terminado de rellenar todos los moldes, los disponemos sobre una bandeja y los llevamos a un horno precalentado a temperatura moderada por unos 20 minutos.

    El tiempo de horneado solo es indicativo y dependerá mucho del tamaño del cupcake (estos son grandecitos), de la temperatura de cada horno, etc. Lo importante es que no se les tueste, pudiendo constatar que están listos cuando tocándolos en el centro con la yema del dedo ya se encuentran firmes. Luego le clavan un palillo en el medio y si sale seco es que terminaron de cocerse.

 
    Aquí abrimos uno para que vean como quedan por dentro...

13. Colocamos los cupcakes sobre una rejilla y mientras se enfrían nos ocuparemos de preparar los ingredientes para la decoración. 

 

La Cobertura o Frosting: 

    Para cubrir nuestras cupcakes, elaboraremos un merengue italiano, mucho más liviano y a mi gusto más delicioso que la tradicional buttercream que usan los norteamericanos.

    Y si bien este merengue es un poquito más complejo de hacer que el común o francés, tiene grandes ventajas sobre él ya que queda mucho más compacto, brilloso y no tiende a bajarse. Además, bromatológicamente hablando, es bastante más seguro, ya que en su preparación se utiliza almíbar bien caliente que cuece las claras y mata las posibles bacterias dañinas que puedan tener en su interior.

1. Empezamos separando las claras de las yemas, poniendo las primeras dentro de un vaso transparente. Utilizando tres huevos quizás nos sobre algo de producto, pero siempre es mejor que sobre un poco a que nos falte. Aparte nunca dejará de aparecer algún goloso que nos robe algo de merengue usando su dedo como arma letal jaja.   Es importante que las yemas no contaminen las claras, porque sinó vamos a tener problemas para que estas espumen y comiencen a expandirse.

2. Para medir la cantidad de azúcar a utilizar, el truco es bien sencillo. Tomamos un vaso igual y lo llenamos hasta la altura de las claras. Vaciamos el azúcar en una olla donde haremos el almíbar y repetimos la operación una vez más. Así nos aseguraremos tener exactamente el doble de azúcar que de claras. 

3. A partir de ahora debemos tener buen timming para elaborar el merengue. Empezamos con el azúcar, al cual le agregamos un pequeño pocillo de agua y lo ponemos a calentar. Sólo cuando el líquido empiece a burbujear, será tiempo de comenzar a batir nuestras claras.

 

4. Mientras reduce nuestro almíbar, ponemos las claras en un bowl y comenzamos a batirlas hasta alcanzar el punto nieve. Si las claras están a temperatura ambiente el merengue se va a hacer un poco más rápido.










5. Mientras tanto, el almíbar irá aumentando de temperatura, haciéndose cada vez más denso.

    Estará listo cuando alcance los 116° C, cosa que podrán constatar fácilmente si poseen un termómetro de cocina, barato y accesible en cualquier comercio dedicado a la gastronomía. Pero si no lo tienen, igualmente pueden checkear que está listo poniendo un poco de almíbar en la cuchara y tirándolo desde arriba hacia la olla. Si ven que se hace un hilo contínuo que no se corta fácilmente, es porque ya está.

     
     Otra forma es tirar con la cuchara una gota de almíbar sobre la mesada y verán que se hace una especie de bolita perfecta que no se desparrama. 

6. El truco estará en alcanzar el punto nieve de las claras en el momento que esté listo el almíbar, porque si baten las claras con anterioridad al momento indicado, estas tenderán a bajarse y no lograremos buenos resultados.

7. Ahora, sin dejar de batir, vamos agregando el almíbar caliente muy de a poco, en forma de hilo.







        Irán viendo como lentamente las claras se ponen  mucho más compactas, cremosas y brillantes. Al mismo tiempo la preparación se irá calentando.







8. Una vez que hayamos terminado de incorporar el almíbar, seguimos batiendo por varios minutos más hasta que vean que el bowl se ha enfriado completamente.






9. Podrán comprobar fácilmente que nuestro merengue ya está listo hundiendo un dedo en él y luego levantándolo. El pico que se forma permanecerá rígido y no se caerá.

10.  Tomamos con una espátula o cucharón una porción generosa del merengue y lo introducimos dentro de una manga descartable al que le pusimos en un extremo un pico dentado de metal, para darle una bonita forma.

 

11. Comenzamos a decorar cada uno de los cupcakes incorporando el merengue de afuera hacia adentro. Así lograremos la forma de copo.  Si lo hiciéramos al revés, comenzando desde el centro para afuera, lograríamos una especie de roseta achatada.

La Decoración: 

1. Solo nos resta decorar con unas granas esféricas o sprinkles sobre la superficie del frosting.









     Y ya tenemos esta maravilla ideal para presentar en las fiestas de cumpleaños de nuestros hijos.

 

    Miren que divertidas que quedan por dentro!!! Muchas gracias Tamy por llenar de color y  alegría nuestra cocina :)

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