Cuando era pequeño, cada tanto a visitar a mi papá a su estudio de abogacía ubicado en el centro de la Ciudad de Buenos Aires. En épocas en que aún no existían las computadoras personales, siempre aguardaba impaciente que con su vieja Remington escriba aquellas palabras mágicas: SERA JUSTICIA. Así finalizaba todos sus largos escritos judiciales y quedaba liberado para acompañarme en la mejor parte de mi visita.
Y si, porque lo bueno venía cuando salíamos a comer a Pippo, un clásico y económico restaurante porteño fundado en la década del 30 del siglo pasado, ubicado a escasos metros de su oficina de calle Paraná. A pesar de haber transcurrido más de cuarenta años, aun recuerdo el sencillo local, las botellas donde guardaban el delicioso pesto dispuestas en los estantes, los manteles de papel, y la emoción cuando ponían frente a mí una enorme porción de los emblemáticos "Vermicelli Tuco y Pesto".
Para aquellos que no lo conozcan, se trata de un plato de fideos acompañados de una combinación de salsa de tomate y un pesto que era una versión aporteñada del célebre "Pesto alla genovese" italiano.
Para mi era una comida increíblemente deliciosa, de esas que uno disfruta con ganas hasta el último bocado. No había forma de resistirse a la explosión de aromas y sabores cuando mezclabas las salsas y te llevabas a la boca un enorme bocado. Tampoco podía evitar que esos gloriosos fideos me mancharan de verde y rojo toda la ropa, aunque eso, y soportar el enojo posterior de mi vieja al lavarla, era un precio muy bajo a pagar comparado con el placer de la experiencia. Con el tiempo el pequeño y exitoso restaurante se fue expandiendo a otros locales y ya nunca fue lo mismo, bajaron las calidades de sus productos y la forma de hacer las cosas.
Nunca supe exactamente como preparaban su pesto original, pero hoy quería rendir homenaje a ese recuerdo de la niñez tan grato, muy probablemente idealizado, compartiendo con ustedes una recreación hecha a mi manera.
Como les dije, este pesto es algo diferente al italiano porque se adecua a los ingredientes que encontramos con facilidad en nuestra ciudad o en diferentes partes de Argentina. No lleva piñones sino nueces, ya que los primeros son muy difíciles de conseguir por estos lares, o demasiado caros en los pocos lugares que se encuentran. Nuestra albahaca y ajos aunque buenos, no son iguales a los genoveses, pero tenemos buena calidad de quesos y aceite de oliva por lo que aún así puede hacerse una deliciosa salsa.
Es muy recomendable y toda una grata experiencia hacerlo como corresponde, con un mortero grande. La textura que se consigue es inigualable, además de evitar el excesivo calor las cuchillas de una licuadora o procesadora que inevitablmente va a contribuir con el indeseado proceso de oxidación de las delicadas hojas de albahaca. Igualmente, lo excelente es enemigo de lo bueno, y si no tienen un mortero o ganas de tomarse el tiempo de hacer la salsa en él, bien pueden recurrir al uso del electrodoméstico, evitando poner velocidades muy elevadas y triturando por el menor tiempo posible.
Ingredientes:
Albahaca: ..................... 2 plantas medianas
Ajo: ............................... 1 o 2 dientes medianos
Queso Parmesano: ...... 100 g
Nueces: ........................ 50 g
Aceite de Oliva: ............ cantidad necesaria
Sal: ............................... cantidad necesaria
Preparación:
1. Necesitamos conseguir albahaca fresca en perfecto estado, que no esté mustia, oscurecida ni manchada. Plantas de hojas hojas medianas y pequeñas que son las que tienen mejor aroma y sabor. Lavamos las hojas, las secamos cuidadosamente y les quitamos los tallos. Es muy importante que no conserven nada de agua para evitar que se oxiden al momento de machacarlas.
2. No es estrictamente necesario ni ortodoxo, pero a mi me gusta iniciar machacando las nueces para controlar bien el tamaño de la molienda . La idea no es hacer un puré sino dejar una textura crocante y que las nueces se noten un poco.
2. Una vez conseguida la textura deseada, la retiramos del mortero y la reservamos para incorporarla al final.
2. Seguimos con el ajo. Cortamos a grosso modo los dientes, ponemos un poco de sal y los machacamos hasta hacer un puré. Si quieren hacerlo menos agresivo, pueden hornear a fuego fuerte el ajo con su piel por 15 minutos.
3. Seguimos agregando una porción de las hojas de albahaca. Las machacamos suavemente con movimientos circulares, sin hacer demasiada fuerza y fricción ya que el calor también ayuda al indeseable proceso de oxidación de las hojas. Con un poco de paciencia van a poder deshacerlas conservando su color verde brillante.
4. Seguimos agregando de a poco más hojas hasta terminar de aplastarlas y durante el procedimiento agregamos un poco de aceite de oliva extra virgen.
5. Una vez que obtengamos una pasta homogénea, agregamos las nueces picadas que habíamos reservado y mezclamos, cuidando de no machacalas mucho más.
6. Sumamos además el queso Parmesano rallado que debe ser de buena calidad y estar bien estacionado. Si consiguen queso Pecorino, pueden hacer un mix de los dos y acercarse más a la receta original.
7. Finalmente agregamos más aceite de oliva extra virgen hasta que quede en el tope de la preparación.
8. Y ya tenemos nuestro delicioso pesto porteño para utilizar. Lo ideal es usarlo inmediatamente, aunque cubierto de aceite de oliva puede aguantar perfectamente 3 o 4 días en la heladera.
9. Yo había hecho unos fideos verdes caseros que pueden hacer haciendo click esta receta. Les agregué el Tuco (una salsa similar a la que pueden ver clickeando esta receta) y el Pesto de esta receta. Les puedo asegurar que no se van a arrepentir de prepararlo.
HOLA DIEGO GOMPARTO TAMBIEN LO EMOTIVO DE LOS RECUERDOS AL 100% ,IVA TAMBIEN CON MI VIEJO Y LUEGO CON MI FAMILA , ESPOSA E HIJOS ,TAMBIEN RECUERDO LO ESETRICTO DEL MENU !!! NO PAPAS FRITAS Y CON EL TIEMPO EL QUESO RALLADO FUE TENIENDO "su precio" , en fien todo ESPECIAL , AUNQUE CON EL TIEMPO FUI DESCUBRIENDO LA PARTICIPACION DE PEREJIL EN EL PESTO ,PERO GANAB LA ONDA , TE SALUDO
ResponderEliminarCon el tiempo ya no fue lo mismo. Le pusieron perejil después? Gran sacrilegio!!
EliminarMe pasó que me lo hicieron ahï con perejil en lugar de pesto. alrededor de 1999. Pippo ya estaba en decadencia. Y no le ponían nueces.
EliminarMuy bueno!
ResponderEliminarGracias José!
EliminarVos sos groso viejo!
ResponderEliminarGracias!!
Eliminarmuy bueno diego ¡¡¡¡
ResponderEliminar+ o - para cuantos platos la receta ?
gracias miguel
Según cuanto le pongas, pero moderadamente 5 o 6 porciones.
EliminarHola gracias por tu recuerdo de Pipo!! Aprovecho para preguntarte si recordas (estamos discutiendo con mis hermanos a ver quien se acuerda mejor)ese pesto que se vendia en bolsita en todas las rotiserias, casas de pasta, almacen de barrio. Era una bolsita transparente con un logo de un cocinero, era Fichera? Ficciera o Figheira algo asi...recordas? Una pena que no se venda mas...no era de calidad pero te sacaba de apuro para una pasta rapida :)
ResponderEliminarNo recuerdo, pero si carecía de calidad, no sería una lástima que haya desaparecido. Es tan fácil hacer un buen pesto y lleva tan pocos ingredientes que lo mejor es prepararlo en casa.
EliminarPesto Fichera.A mí me gustaba. Hace años que no lo veo más.
EliminarLa verdad que no lo conocí.
EliminarGracias Carlos por pasar el nombre correcto Fichera! Y si Diego por mas que tenga pocos ingredientes hay que ir a dos o tres negocios diferentes a comprar todo. Es por lo tanto alto consumidor de tiempo!!! Por eso Carlos confirma no era tan mala la bolsita de Fichera y te salvaba el antojo! Gracias a ambos!
EliminarAbrazo! 😀
EliminarHola a todos !!, tdos esto me trae muy buenos recuerdos !!!, y por sobre todo !, una enormes ganas de comer un rico pesto !!!, les confirmo que eran unos sobres semi transparentes marca FICHERA !!, con un logo de un cocinero en forma naif... trate de buscar al fabricante y hacer un emprendimiento al respecto..., pero no tuve resultados !!!, si alguien puede aportar algo !!! aqui estoy !!!, gracias a todos !!!
EliminarDiego, impresionante.
ResponderEliminarMe tomo el atrevimiento de consultarte por el mortero/molcajete de piedra volcánica. Estuve buscando en mercadolibre y no encontre ninguno para hacerme de uno.
Muchas gracias maestro...
Hola Agustín, a mi me lo trsjeron de México, dudo que aquí en Argentina te sea muy fácil encontrar uno de este tipo.
EliminarQue recuerdos Diego!!! Yo cuando iba a CABA desde Montevideo, nos juntábamos con mi tío que vivía alla,e ibamos al Pippo que estaba en Parana y Avda Corrientes a comer esos vermichelis al tuco y pesto. Me llegué a comer 2 platos!!! Abrazo desde el otro lado del charco!!!
ResponderEliminarUn gran abrazo! :)
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