Siempre pensé que la cocina no sólo se trata de una actividad dirigida a nutrirnos materialmente, sino que también funciona como un espacio de creatividad, libertad y enriquecimiento del espíritu. Mediante el acto de cocinar, brindamos amor a todos nuestros seres queridos, que gozan de todo aquello que sale de nuestras propias manos. Hoy, profundizaremos el costado espiritual del arte culinario, preparando una tarta que nos servirá de excelente pretexto para diseñar un Mandala. ¿Y qué es un Mandala?
La palabra proviene del Sánscrito, una antiquísima lengua de la India que se desarrolló hace millares de años. Su traducción más sencilla sería "Círculo Sagrado", haciendo referencia a mucho más que la simple forma geométrica. Desde el punto de vista espiritual, es un centro energético de equilibrio y purificación que ayuda a transformar el entorno y la mente de quien medita en ellos. En Oriente, hay una enorme cantidad de templos realizados con su particular forma.
En nuestra cultura occidental, fue Carl Gustav Jung, uno de los padres
de la psicología moderna, quien los utilizó en terapias psiquiátricas con el objetivo
de alcanzar la búsqueda de la individuación de los seres humanos.
Para él los mandalas representaban la totalidad de la mente, abarcando tanto el consciente como el inconsciente. Afirmó que el arquetipo de estos dibujos se encontraba firmemente anclado en el subconsciente colectivo. Jung solía interpretar sus sueños dibujando un mandala
diariamente. Descubrió la relación que éste tenía con su centro y a partir
de allí, elaboró una teoría sobre la estructura de la psique humana.
Crear mandalas y meditar en ellos es un poderoso instrumento
que potencia la creatividad, expande la conciencia y nos reconecta con nuestro
Ser. Nos centra, nos armoniza, nos hace sentir paz y bienestar. Quien realiza o medita contemplando uno de ellos, comienza a comprender que cada parte del círculo sagrado forma parte del todo y
que cada porción del universo es parte de uno mismo. Descubre en definitiva,
la unidad de la que tanto hablan todos los grandes seres espirituales, el verdadero
significado de “Todo es Uno”.
Vamos a la receta...
Ingredientes:
Para la Masa:
Harina de trigo 0000: ........................ 200 grs.
Manteca: ........................................ 70 grs.
Polvo de hornear Royal : ................... 1 cucharada de té.
Azúcar: ........................................... 2 cucharadas de té
Sal: ................................................. 1 cucharada colmada de té
Huevo:.............................................. 1
Clara de Huevo: ................................ 1
Leche: ............................................. un chorrito.
Tomillo fresco: .................................. un puñado.
Para el Relleno:
Puerros: ........................................... 800 grs.
Queso Crema: .................................. 200 grs.
Huevo: ............................................. 1
Yema de huevo: ............................... 1
Queso Parmesano rallado: ................ 100 grs.
Caldo de verduras: ............................ 1 cubito concentrado.
Sal y Pimienta: ................................. a gusto.
Orégano: .......................................... un puñado.
Para el Mandala:
Zucchini: .......................................... 1
Zanahoria: ........................................ 1
Ají Morrón rojo: ................................. 1
Puerro: ............................................. 1
Orégano: .......................................... un pizca.
Aceite de Oliva Extra Virgen: .............. un chorrito.
Preparación:
Para la Masa de la Tarta:
1. Comenzamos cortando la manteca o mantequilla fría en pequeños trozos.
2. En un bowl, colocamos la harina tamizada junto con el polvo de hornear el azúcar y la sal. Sumamos los trozos de manteca, - que debe conservar el frío de la heladera - y comenzamos a unirlos con la mano.
3. Manipulando la preparación lo menos posible para no transmitir demasiado el calor de nuestras manos, integramos los ingredientes hasta que nos quede una especie de arenilla. Si tienen una procesadora es ideal para utilizar en este proceso.
4. Inmediatamente de obtenida la arenilla, agregamos un huevo y un chorrito de leche.
5. Unimos todo y apenas amasamos hasta obtener un bollo homogéneo. Repito, que es fundamental no entretenerse demasiado amasando, porque de lo contrario, luego de la cocción la masa tendería a quedar muy apelmazada.
6. No es obligatorio, pero como yo tenía un poco de tomillo fresco, decidí agregarle un poco para darle un poco más de sabor y color.
7. Una vez obtenido nuestro bollo lo tapamos con papel film y lo dejamos reposar una media hora en la heladera / nevera.
Para hacer el relleno:
1. Cortamos finamente el puerro. Utilizaremos tanto la parte verde como los tallos blancos. No se por qué la mayoría tiende a descartar la parte verde sin saber que es la que guarda el mayor sabor. Igualmente, fíjense que esté en buenas condiciones, porque a veces suele venir muy chamuscada.
2. Salteamos el puerro en una sartén con un poco de aceite de oliva extra virgen. Al principio a fuego vivo hasta que tome temperatura. Luego lo bajamos al mínimo y dejamos que el puerro transparente bien, revolviendo de vez en cuando para que se cocine parejo.
3. Para saborizar y salar, agregamos un cubito picado de caldo de verduras concentrado. Si no quieren agregarle el cubito, con salar a gusto bastará.
5. En un bowl, mezclamos un huevo con el queso crema e integramos.
6. Sazonamos a gusto con pimienta negra molida y el orégano.
7. Integramos el queso parmesano rallado y amalgamamos bien todos los ingredientes. Este queso duro es bastante salado, así que prueben la preparación antes de decidir añadirle sal extra.
8. Apagamos el fuego e incorporamos la crema a los puerros salteados.
9. Separamos la clara de la yema de un huevo. Sumamos la yema a la preparación, reservándonos la clara para más adelante.
10. Revolvemos y reservamos en la heladera o nevera.
Armado de la Tarta:
1. Sacamos la masa de la heladera y la colocamos en la mesada sobre papel film. Luego cubrimos la parte superior con otra lámina del film. Hacemos esto porque si quisieran estirar la masa directamente, ésta se pegaría al palote y se partiría.
2. Comenzamos a estirar la masa con un palote, dándole la forma del molde a utilizar. En este caso usé uno redondo de 25 cmts. de diámetro. La masa debe quedar de un tamaño bastante mayor, para que alcance para tapizar tanto la base como las paredes del molde.
3. Enmantecamos y enharinamos un molde con aro removible.
4. Quitamos uno de los films de la masa y tapizamos con ella el molde y sus paredes. Luego, retiramos el otro film.
5. A efectos de que no se infle durante la cocción, la pinchamos en todos sus lados con un tenedor.
6. Luego la pintamos con la clara de huevo (apenas batida) que habíamos reservado
7. La blanqueamos en un horno precalentado a temperatura moderada, solo por unos cinco minutos.
8. Retiramos del horno y veremos que la masa estará semicocida e impermiabilizada por la clara de huevo. Esto impedirá que se humedezca y ablande al entrar en contacto con el relleno, permitiendo en definitiva una cocción completa de la misma.
9. Colocamos el relleno sobre la masa. Hasta aquí tendríamos una deliciosa tarta de puerros que podríamos cocinar directamente y comer. Pero nosotros vamos a ir más allá, utilizándola como un lienzo donde "pintar" nuestro mandala.
La principal regla para la creación de un mandala es dejar fluir la imaginación, la creatividad y la energía, actuando sin preconcepto alguno. Debemos hacerlo de manera intuitiva, sin pensarlo, ya que buscar un significado racional, sería truncar su esencia. Aquí, el momento presente es el que cuenta y no lo que sepamos de colores y formas. En realidad, hay que dejar que éstos hablen y fluyan a través de nosotros. Así que para comenzar, necesitaremos unos minutos de contemplación, concentración y calma. Es importante entonces conectarnos con nuestra respiración, y poner una música suave muy relajante, que nos haga bajar las pulsaciones, iniciando el viaje en búsqueda de los tesoros que guardamos en nuestro interior.
La creación de un mandala, que es un simple dibujo para el ojo racional, para lo sutil es como un mapa que nos marca el camino hacia el auto conocimiento profundo, surgiendo incluso, aspectos imposibles de poner en palabras. Así se transforma en un ida y vuelta entre lo sutil y lo concreto. Es esa porción del universo que ocupa nuestro ser, nuestra esencia. Creamos nuestro propio espacio sagrado, dejando fluir las energías de forma libre y natural.
1. Comenzaremos a preparar nuestras "pinturas" escogiendo los vegetales con texturas y colores que más nos gusten e identifiquen en ese momento. El dibujo que hice en este caso, forma parte de mi expresión particular, y solo sirve de ejemplo. Pueden copiarme con más o menos éxito, pero como verán, esta no es la esencia y el espíritu del trabajo que nos hemos propuesto. Así que de aquí en más, los invito a elegir sus propios ingredientes y hacer el dibujo que se les venga en mente en esos instantes. Eso sí, corten los vegetales en láminas delgadas para que puedan cocinarse adecuadamente con la horneada de unos 20 minutos que les vamos a dar. Como verán, yo he escogido una zanahoria y un zucchini no demasiado anchos, además de un tallo de puerro que había reservado sin utilizar en el relleno y al que corté con mucho cuidado para que no se desarme.
2. También usé un ají morrón rojo al que horneé durante 20 minutos envuelto en papel aluminio, con apenas un chorrito de aceite de oliva y sal. Luego lo dejé enfriar envuelto en ese papel, para finalmente pelarlo, dejarlo sin piel y cortarlo en tiritas.
3. El Mandala puede considerarse como un viaje circular de descubrimiento, cuyo recorrido inicia y termina en un punto central, que en sánscrito se denomina "Bindu". Representa el potencial de la creación. Es el punto que contiene a todos los puntos del universo. Aquello que Borges retrató de forma soberbia en su cuento "El Aleph". Lo curioso es que el punto es una mera ilusión, ya que no puede medirse. Solo es un concepto que existe en ese espacio-tiempo que llamamos infinito y que a pesar de todo es una certeza sin la cual la creación no sería posible. El punto es una puerta que se abre hacia lo desconocido y que nos conduce a un viaje al interior del corazón del mandala.
4. Si colocamos un compás sobre una hoja y lo hacemos girar en torno a un punto central, un círculo de infinitos puntos nacerá ante nosotros, y esto es la base del patrón mandálico. El círculo es considerado el primer hijo del punto, y a partir de él se logran crear todas las formas. Así que iremos expandiendo cada vez más nuestra consciencia, creando nuestro círculo con formas, colores y texturas que vayan desplegando y manifestando toda la potencialidad encerrada en el punto central.
5. Presionamos muy levemente. para que nuestros vegetales se afirmen sobre el relleno.
6. Observamos el dibujo y le damos los últimos detalles de diseño...
7. Cuando ya lo tenemos terminado, lo pintamos con la clara de huevo que habíamos reservado y ya está listo para entrar un horno precalentado a temperatura moderada (unos 180 ºC.), por espacio aproximado de unos 20 minutos.
8. Pasado el tiempo de cocción lo sacamos del horno, espolvoreamos un poco de orégano en su superficie y retiramos el aro desmontable.
9. Para darle aún más brillo y sabor a nuestro Mandala lo rociamos con un poco de aceite de oliva, moviendo la tarta hacia un lado y hacia el otro para que el aceite se distribuya uniformemente sobre su superficie.
10. Y ya tenemos esta maravilla lista para que los seres queridos puedan disfrutar y nutrirse de una parte de nuestro Ser que le estamos regalando...
11. Solo nos resta cortar una buena porción y disfrutar de nuestro arte efímero, reciclando una cadena de creación, destrucción, muerte y transformación que jamás acabará y que en definitiva simboliza al ciclo de la vida...
Muchos de los lectores se han animado a hacer su su propio Mandala y me lo han enviado a mi facebook.
https://www.facebook.com/diego.bianchi.90260?ref=tn_tnmn Me encantaría que me mandes el tuyo para publicarlo...
Aquí les muestro estas maravillas!! Clickeando en cada una de las imágenes, podrán verlas más grandes...
Marizel Millán Vanesa Maiorana
Jesica Murdocca
Purita Martinez Carla Bianchi