Días atrás, tuve el placer de conocer a Majo Navarro, una talentosa fotógrafa mendocina que me invitó a recorrer y tomar imágenes de un lugar paradisíaco de su provincia.
Como sabrán los que suelen frecuentar este blog, solo acostumbro publicar fotos de mi autoría, pero esta vez no quería privarlos de las magnificas obras de arte de mi bella compañera de ruta. Podrán distinguirlas fácilmente de las mías, tanto por la calidad como por la firma estampada al pie de sus imágenes.
Como sabrán los que suelen frecuentar este blog, solo acostumbro publicar fotos de mi autoría, pero esta vez no quería privarlos de las magnificas obras de arte de mi bella compañera de ruta. Podrán distinguirlas fácilmente de las mías, tanto por la calidad como por la firma estampada al pie de sus imágenes.
Partimos de la capital mendocina tomando la ruta 7 en busca de alcanzar el Corredor Andino, y a exactos 69 km encontramos el espejo de agua de Potrerillos.
A casi 1400 metros sobre el nivel del mar, todo se tiñó de un vibrante azul profundo. Aquel lago, sumado al día soleado, el aire puro y el ambiente de montaña, nos presagiaba el disfrute una jornada inolvidable.
A casi 1400 metros sobre el nivel del mar, todo se tiñó de un vibrante azul profundo. Aquel lago, sumado al día soleado, el aire puro y el ambiente de montaña, nos presagiaba el disfrute una jornada inolvidable.