Algunas recetas surgen a partir de una idea propia y original que se va plasmando gradualmente siguiendo una rigurosa planificación previa. Otras ven la luz partiendo de la observación del trabajo de muchas otras personas, de las cuales vamos tomando pequeñas ideas y adaptándolas a nuestro propio estilo. También podemos cocinar siguiendo al pie de la letra alguna receta tradicional que nos guste.
Pero hay momentos que no tenemos ganas de planificar ni de ver, ni pensar demasiado. Uno llega a la cocina, se fija solo de lo que dispone en su alacena y la heladera y basado en más que nada en la intuición del momento, prueba combinar con diferentes productos al azar. Corremos un alto riesgo de equivocarnos pero si nos enfocamos tenemos altas posibilidades de conseguir buenos resultados.
En este caso tenía unos chiles jalapeños y unos ajos orgánicos que la excelente chef y persona Patricia Courtois tuvo la deferencia de regalarme para que los pruebe, también una bandejita de champignones comprados en la Feria Masticar y que recibí de presente de mi amiga Fabiana Bojosián. En el freezer tenía algunos filetes de pechuga de pollo y en la heladera quedaba un poco de una deliciosa mostaza antigua francesa ya a punto de acabarse.
Con todo eso, sumado a algunos ingredientes básicos que siempre tengo para hacer diferentes woks de cocina oriental, como la salsa de soja y el mirin, salió de golpe este curioso plato, que no se puede encasillar totalmente en la gastronomía de algún país o región en particular, sin cometer alguna ofensa o herejía de las que tanto les gusta remarcar a los puristas de la cocina. Mas allá de eso, les juro que quedó realmente delicioso y por eso lo comparto con ustedes.
Ingredientes: (para 1 persona)
Pollo: ......................... 1 pechuga pequeña
Champignon: ............. 5
Ajo: ............................ 1 diente grande
Chile Jalapeño: .......... 1 pequeño
Cebolla de Verdeo: .... 1 puñado (parte verde)
Perejil picado: ............ 1 pizca.
Miel: ........................... 1 cda. sopera bien cargada
Mostaza a la antigua: . 1 cda. sopera bien cargada
Salsa de soja: ............. 3 cdas. soperas
Mirin: ........................... 1 cda. sopera
Limón: ......................... 1 cda. sopera
Aceite de Oliva E. V. .... cantidad necesaria
Acompañamiento:
Arroz fino largo: ......... 1 pocillo de café. (ver receta clickeando aquí)
Preparación:
1. Cortamos la pechuga en finos filetes y luego en tiritas en sentido contrario a las fibras de la carne. Recuerden siempre que si uno hace más corta la fibra, la carne va a quedar bastante más tierna porque va a tener menos posibilidades de contraerse sobre sí misma.
2. Introducimos las tiritas en un recipiente pequeño y sumamos 3 cdas. soperas de salsa de soja y una de jugo de limón.
3. Adicionamos otra cda. sopera de Mirín. Este es un vino de arroz dulce de origen japonés que se usa para cocinar. Se consigue en los supermercados del Barrio Chino de la Ciudad de Buenos Aires, pero igual pueden reemplazarlo con un poco de vino blanco.
4. Utilizaremos un diente de ajo grande o dos medianos y luego de pelarlos los aplastaremos con la hoja de un cuchillo pesado, hasta hacer un puré que agregaremos a la marinada. También sumaremos un chile o ají jalapeño pequeño cortado en rodajas.
5. Mezclamos y dejamos marinar al menos unos 20 minutos.
6. Mientras quitamos los restos de tierra de los champignones y los cortamos en cuartos, los colocamos en una bandeja y los rociamos con un chorro generoso de aceite de oliva extra virgen para luego llevarlos a un horno a fuego fuerte (unos 200° C) por espacio de 20 minutos. Igual, como cada horno es un mundo, así que chequeamos los tiempos para que no se nos quemen o que queden demasiado crudos.
7. También hacemos el arroz del acompañamiento siguiendo esta sencilla receta que pueden ver clickeando aquí o en la imagen de abajo.
8. Faltando 5 minutos para que estén listos los hongos, retiramos las tiritas de pollo junto con el chile de la marinada y las salteamos en una sartén bien caliente con un chorro generoso de aceite de oliva extra virgen. La cocción deberá ser mínima, no más de dos minutos en total para que la carne no se seque.
9. Ni bien acomodamos las tiritas de pollo en la sartén, sumamos una cda. sopera bien colmada de miel de abeja.
10. Una vez derretida la miel incorporamos otra cda. sopera colmada de mostaza antigua. Como verán todavía conserva sus granos enteros. Esta es realmente deliciosa...
11. Seguimos volcando a la preparación el jugo que nos quedó de la marinada.
12. Cortamos los tallos verdes y tiernos de la cebollita de verdeo y agregamos un puñado. Mezclamos e inmediatamente apagamos la llama.
13. Solo nos resta retirar los hongos del horno y sumarlos.
Emplatado:
1. Volcamos el arroz en un aro previamente aceitado en su interior y valiéndonos de una cuchara lo presionamos con fuerza. Si no lo compactan bien, cuando retiren el aro los granos van a tender a desmoronarse. En caso de no poseer un aro de estos, pueden compactar los granos en una tasa mediana previamente aceitada y luego darla vuelta y desmoldarla sobre el plato.
2. Decoramos el timbal con unas rodajas de chile, luego lo rodeamos con las tiritas de pollo.
3. Decoramos con un poco de perejil o ciboulette picado y ya estamos listos para disfrutar!!!
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Creo que la combinacion de sabores, si bien es experimentable, es un don natural, me encanta la cocina, y como expresas al principio, a veces nos arreglamos con lo que tenemos en casa, a mi me da muy buenos resultados, nunca hice una comida que no se pueda aprovechar, mi madre se asombra y me dice: cómo haces para combinar las cosas y que te salga tan rico!! Debo haber sido una cocinera en alguna vida anterior! y me encanta!! muchas gracias por la receta, Diego, una muy buena combinacion de sabores!
ResponderEliminarDe nada Obi, cocino de los 7 años y coincido con vos que traemos esta pasión de algún otro lado que no es esta vida.
Eliminar¡Se ve delicioso, una tentación!¡Gracias Diego, abrazo!
ResponderEliminarSi lo probás me contás :)
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