Los invito a recorrer una de las más bellas zonas de Italia, ubicada en pleno corazón de la Toscana. Un lugar rodeado de colinas magistralmente intervenidas a través de los siglos por la mano del hombre.
El Valle de Chianti es una zona de larga tradición vitivinícola que da nombre al famoso vino italiano y a una ruta que reúne pueblos fortificados, abadías, castillos, bodegas, enotecas y casas de agroturismo.
Se encuentra entre las ciudades de Firenze y Siena y se recorre a través de una Strada Chiantigiana SR222 que serpentea entre vides, olivos y cipreses.
No hay un sólo centímetro de tierra que quede sin sembrar y el diseño del paisaje es de un refinamiento tal, como sólo los italianos pueden alcanzar.
Cuando bajé del auto a fotografiar el viñedo, no pude resistirme a la tentación de cortar un racimo de uvas para comerlas durante el camino. Les puedo asegurar que nunca había probado unas tan deliciosas: bien dulces, pero a la vez ácidas y frescas. Tanto placer me dio saborearlas que si tengo que ir al purgatorio para expiar el pecado de haberme robado un puñado de esas bellezas, juro que lo haré con gusto.
En la zona se producen exquisitos y excepcionales vinos tintos, la mayoría de ellos se elaboran con uva Sangiovese.
Los Chianti son tintos secos que tienen su denominación de origen D.O.C.G. Tienen un gran contenido alcólico, un cuerpo robusto y fuerte. Poseen aromas a cerezas y violetas, mientras que en boca cuentan con sabores a cerezas ácidas y se aprecian mejor cuando han sido envejecidos por entre cinco y ocho años. Los Chianti Riserva, envejecidos durante dos años o más en en bodega, se añejan en barricas de roble francés.
También dan ganas de comerse las aceitunas, aunque obviamente tienen que ser previamente sometidas a un proceso de curado.
Las construcciones de piedra toscana se integran maravillosamente a este paisaje soñado. ¿Quién no daría todo lo que tenga por vivir en semejante paraíso?
Existen casi tantos Chianti como pueblitos se visiten y como es de suponer, la mayoría de ellos se disputa la autenticidad del origen del vino.
Haciendo un alto en el camino, arribamos a la pequeña ciudad medieval amurallada de Monteriggioni, construída en el S. XIII sobre una colina por los señores de Siena.
Sirvió como fortificación defensiva y tuvo un papel vital en los conflictos entre Siena y Firenze durante la Edad Media, cuando Florencia estaba luchando por incrementar su territorio. A lo largo de los años, Monteriggioni soportó con éxito muchos ataques de los florentinos.
Pero lo que Firenze no logró por la fuerza, al final lo consiguió con engaño. Los sieneses dieron el control de la guarnición de la fortaleza a un tal Giovannino Zeti, quien había sido exiliado de Florencia. Al amigarse con los Médicis en 1554, simplemente les entregó las llaves de la ciudad, hecho que se conoce como "La gran Traición".
Excepto por alguna obra realizada en el siglo XVI, no se le han hecho a la ciudad grandes modificaciones, de manera tal que es uno de los mejores ejemplos de conservación de toda Italia, atrayendo a turistas, arquitectos, historiadores medievales y arqueólogos.
Al transponer sus murallas me topé con esta verdadera pintura. Quizás la foto no lo demuestre en toda su magnificencia, pero es impresionante ver las diferentes tonalidades de la tierra recién arada, contrastada con el gris azulado de los olivos y el verde profundo de los frondosos árboles del fondo.
De la tierra de esta región se extrae un famoso pigmento utilizado en pintura desde hace miles de años, presente ya en los antiguos dibujos rupestres. El tierra siena o siena natural, es un ocre amarillo compuesto por un 45 % a 70 % de óxido de hierro hidratado, mezclado con ácido silícico y óxido de manganeso.Se extrae del lavado, secado y posterior molienda de esta arcilla. En la tradición pictórica occidental, la tierra de Siena auténtica fue ampliamente usada y considerada imprescindible para la paleta del pintor. Se sabe, por ejemplo, que Paul Cézanne utilizaba tanto siena natural como siena tostada, que vira más al rojo al someterse a un proceso de horneado.
Díganme si estos maravillosos paisajes no son ideales para retratar un cuadro impresionista. Como carezco de la habilidad del pintor, utilicé algunos filtros artísticos del photoshop para hacerlo sobre imágenes reales.
A medida que se acerca el ocaso, el verde intenso de los valles va cambiando, surgiendo otra paleta de colores mucho más cálidos.
Finalmente, subimos a una de las colinas más altas para no perdernos la imponente imagen que nos regalaríaba el crepúsculo
Y allí, desde la terraza de un elegante y señorial hotel y acompañados por el cautivante sabor y aroma del vino del lugar, pudimos ver la magnificencia de una vista paradisíaca que poco a poco se apagaba para renacer con toda intensidad en el nuevo día que nos esperaba...
No se pierdan la segunda parte (clickear aquí) de este extraordinario viaje....
Que la belleza y placidez del paisaje sea un regalo para todos los que quisieran alguna vez conocer el paraíso. Gracias Diego por la sensibilidad de tus fotos y el hermoso viaje compartido.
ResponderEliminarUn enorme placer compartir con ustedes estos maravillosos momentos.
EliminarDiego, que belleza!! Voy a llegar a casa y voy a regalarme un tiempo para disfrutar estas imagenes soñadas.Yo creia y lo decia que los paisajes que vi en la pelicula Bajo el Sol de Toscana solo los veia ahi, me equivoqué, con tus fotos estoy viajando, soñando y disfrutando tanto,tanto!! Muchas gracias!! Un beso grande.
ResponderEliminarDaniela
S
Que bueno Daniela poder ayudar a despertar tantas cosas lindas!! Un beso grande!!
EliminarGracias Diego por compartir este hermoso viaje....cuanta belleza.... :-)
ResponderEliminarEsperamos la segunda parte!!!
Saluditos
Gabriela la libriana
La segunda parte estará dedicada a San Gimignano :)
EliminarVer las fotos es como viajar y recorrer esos paisajes de ensueno. Gracias por compartir con tus seguidores...........
ResponderEliminarPara mi es un verdadero gusto que me acompañen :)
EliminarDiego:Maravillosos lugares, sabiamente retratados por tu mano maestra, que por lo visto no solo saben lucirse en la cocina.Te agradezco por darnos tanto placer y deseo que tu viaje resulte tan hermoso como todo lo que nos vas contando y mostrando. Cariños.
ResponderEliminarMuchas gracias Graciela. El 99 por ciento del trabajo lo hizo la naturaleza. :)
ResponderEliminarGuauuuu!!! Que placer!!! Se me fueron las ganas de comer y estallaron las de viajar!!! Gracias por tanta generosidad ( naturaleza, vos e internet!)
ResponderEliminarNelsa
Jaja, entonces te hago caso y sigo publicando lindas fotos del viaje :)
Eliminar¡Preciosas fotos!
ResponderEliminarEsperando más.... :)
Un saludo
Ya se viene la segunda parte de esta hermosa ruta. No te la pierdas Paula :)
EliminarBelleza total Diego, yo creo que todavia estoy pintando esos paisajes, uno queda impreganda de neptuno y no quiere regresar, un extasis a los sentidos!!!, Te felicito por tu trabajo fotografico, realmente logras que cada uno viva y viaje en cada paisaje.
ResponderEliminarViniendo de una excelente artista como vos el cumplido es doble. Gracias Paulita!!
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