Cuando comprar un alimento resulta tan barato, lo más probable es que los consumidores aún no hayan descubierto sus bondades. Y en lo que respecta al mercado de pollo trozado en Argentina se consume pechugas y pata muslos sin reparar demasiado en las alitas. La escasa demanda hace que los polleros quieran sacárselas de encima lo antes posible a precio de remate . Un promedio de 20 pesos el kilogramo, equivalente a 1 dólar americano, o 50 centavos la libra si quisiéramos calcularlo tomando la unidad de peso imperial anglosajón. Así que para los que tuvimos oportunidad de viajar hacia el Norte, y la suerte e probar las deliciosas y adictivas Chicken Buffalo Wings, es una bendición poder hacerlas en nuestras casas a tan bajo costo.
Se denominan así en homenaje a su ciudad de origen: Buffalo, Nueva York. Las alitas se fríen y se recubren de salsas especiales más o menos picantes, por lo que de acuerdo a su grado de intensidad se clasifican en mild (bajo), medium (medio) o hot (ultra picante). En el blog ya les he presentado algunas recetas que llevan el mismo espíritu: Alitas de Pollo Agripicantes y las Alitas de Pollo Estilo Oriental.
Un par de meses atrás, estaba junto a mis hijas en el aeropuerto de Alanta y mientras esperábamos el avión de regreso a Buenos Aires fuimos a comer al restaurante Buffalo Wild Wings, especialista en hacerlas. En su carta había una salsa de Mango y chile Habanero que nos sedujo, el único inconveniente era que se situaba entre las tres más hot de una lista de 25 que van desde las más suaves a las más terribles. La verdad que a todos nos encanta el picante y no nos asustó para nada la idea de probarlas; pero resultaron tan extremadamente picantes que aún haciendo un gran esfuerzo no las pudimos terminar, quedando intactas en la bandeja 3 bellezas hechas de puro fuego elevado a la enésima potencia.
Habiéndome quedado con la "sangre en el ojo" ante tamaño desperdicio de comida, el otro día pasé por la pollería a arrasar con sus alitas para intentar el desagravio. Decidí entonces hacer mi propia versión de la salsa, cambiándole además algunos procedimientos en la elaboración de las piezas.
En vez freírlas, en esta oportunidad opté por hornearlas hidratándolas con una mezcla de agua y jugo de limón. El resultado no pudo ser mejor, porque salieron bien tiernas por dentro y crocantes por fuera, con un riquísimo gusto alimonado. Luego las embadurné con una salsa hecha principalmente de mango, miel y un chile jalapeño previamente despepitado, para que pique un poco pero no tanto. Quedaron tan ricas que les recomiendo de corazón que no se priven de hacerlas.
Ingredientes: (para 2 personas)
Para hornear el pollo:
Alitas (parte central): 20 unidades
Jugo de limón: .......... 1 taza pequeña
Agua: ......................... 2 tazas pequeñas
Orégano: .................... 1 puñado
Sal: .............................. a gusto
Para la salsa de mango y Miel:
Mango: ....................... 1
Miel de abeja: ............. 2 cdas. soperas colmadas
Ajo: .............................. 1 diente grande
Jengibre: ...................... igual cantidad que de ajo
Chile jalapeño: ............. 1 pequeño
Salsa de soja: ............... ½ taza pequeña
Preparación:
1. Las alitas de pollo se dividen en 3 falanges:
2. En este caso utilizaremos la segunda falange que es la que contiene la carne más jugosa y sabrosa. Necesitaremos un promedio de 8 piezas por persona para que queden medianamente satisfechas y si quieren un par de piezas más, porque son realmente adictivas.
Como se venden con las puntas, tendremos que separarlas, así que deberemos cortar justo sobre la articulación para no arruinar el filo de nuestro cuchillo con el duro hueso que las atraviesa.
- La primera es la más cercana al cuerpo y se parece a un muslo pequeño.
- La segunda o del medio contiene menos carne que la primera, pero es más jugosa.
- La última o punta del ala casi no contiene carne y normalmente es desechada, aunque se puede utilizar en un caldo para darle más sabor.
2. En este caso utilizaremos la segunda falange que es la que contiene la carne más jugosa y sabrosa. Necesitaremos un promedio de 8 piezas por persona para que queden medianamente satisfechas y si quieren un par de piezas más, porque son realmente adictivas.
Como se venden con las puntas, tendremos que separarlas, así que deberemos cortar justo sobre la articulación para no arruinar el filo de nuestro cuchillo con el duro hueso que las atraviesa.
El secreto para no renegar demasiado es deslizar la suavemente la hoja en el lugar donde se unen ambas falanges y que ésta se vaya metiendo donde haya menos resistencia. Si les cuesta encontrar el punto exacto, pueden dislocar la articulación tirando de ambas partes del ala en sentido contrario al que normalmente se doblan.
3. Descartamos las puntas y ponemos el centro de las alitas en una bandeja para horno. Luego las rociamos con el pocillo de jugo de limón y los dos de agua, o lo que sea necesario para que el líquido no supere la mitad de la altura de las alas. La idea es evitar sumergirlas totalmente para conseguir que se doren bien en su superficie, pero que a la vez resulten tiernas y suaves por dentro.
4. Condimentamos con abundante orégano y sal entrefina a gusto. Luego las llevamos a un horno precalentado a fuego fuerte. Unos 200°C por 30 minutos o hasta que veamos que queden bien doradas en su superficie.
6. Sumamos el diente grande de ajo o dos mas pequeños, e igual cantidad de jengibre.
7. Además añadimos dos cucharadas soperas bien cargadas de una espesa miel de abeja. Si ven que es está demasiado líquida les sugiero agregar una cda. adicional.
8. Sumamos medio pocillo de salsa de soja. Es de por sí bastante salada así que no vamos a tener necesidad de adicionarle más sal a nuestra salsa.
9. Finalmente introducimos un chile jalapeño pequeño al que desvenamos y despepitamos para que no quede demasiado picante. Ustedes pueden optar por sustituirlo por el chile que prefieran o alguna salsa picante de su elección. Si tienen baja tolerancia al picor, es cuestión de disminuir la dosis. Pero considero muy importante que tenga algo ya que esto equilibrará el sabor dulce de la miel.
10. Licuamos todos los ingredientes hasta integrar y reservamos en un bowl.
11. Una vez que las alitas se hayan dorado, las damos vuelta y la dejamos otros 15 minutos en el horno hasta que también se tuesten por el otro. El limón mezclado con el agua habrá ablandado la carne interior y aportado un delicioso gusto.
12. Sacamos las alitas del horno y con la ayuda de una pinza de cocina las sumergimos una a una en la salsa, cuidando que queden bien cubiertas en ella.
Luego las llevamos a una rejilla que la separará de la superficie de la bandeja para así evitar que tengan mucho contacto con la superficie caliente de la base y la salsa se nos queme durante la cocción o se nos peguen las piezas.
Luego las llevamos a una rejilla que la separará de la superficie de la bandeja para así evitar que tengan mucho contacto con la superficie caliente de la base y la salsa se nos queme durante la cocción o se nos peguen las piezas.
13. Llevamos nuevamente las alitas al horno a fuego fuerte durante aproximadamente 5 minutos, o hasta que veamos que la salsa se ha adherido completamente a cada una de las piezas y laqueado perfectamente su superficie. .
14. Las emplatamos con un poco de arroz blanco o algunas papas fritas, sirviendo en un recipiente la salsa que nos haya quedado, por si alguien es goloso y quiere más.
Solo resta disfrutar!!
domani....
ResponderEliminarSuerte mañana entonces :)
EliminarExcelentes alitas. Y la salsa tiene muy buena pinta
ResponderEliminarCasas en Venta en Queretaro
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