Para elaborar este plato vegetariano a base a arroz, utilizaremos como único medio líquido un vino de la cepa más afamada de la vitivinicultura argentina.
En estas tierras especialmente en la región de Cuyo, se produjo un hecho muy curioso que es el renacimiento triunfal del Malbec, una uva que antaño fuera despreciada en el viejo mundo por su fuerte tono amargo. Su nombre lo decía todo, ya que traducido del francés significa "mal pico" o "mala boca".
Trasladada a estas latitudes en el S. XIX, las condiciones del lugar al pie de los Andes, tanto del suelo como climáticas y la alta exposición a la luz solar, la han hecho desarrollar en forma inmejorable. Así se obtienen vinos de tintes violáceos, aromas intensos, texturas importantes y sabores agradables que recuerdan a las frutas rojas y un ligero toque especiado.
La excelencia alcanzada por el Malbec argentino llegó hace unos años con la tecnificación, la selección cuidada de cepas y la introducción de las barricas de roble francés que sustituyeron los antiguos toneles, así como los viejos piletones también fueron cambiados por tanques acero inoxidable. Así se hizo mundialmente famoso y sus productos más refinados obtuvieron y siguen ganando prestigiosos premios internacionales.
Pero como hay de todo en la viña del Señor, una equivocación muy extendida es la de utilizar en la cocina un vino de baja calidad, así que vamos a desechar totalmente esta idea. Si no quieren obtener resultados mediocres, pues debemos invertir unos pesos y utilizar una bebida similar a la que tomamos, más en este caso, en que su aroma va a estar muy presente, sin intervención de otras especias que enmascaren su gusto final. Igualmente usaremos un vino joven, sin paso por madera ya que de lo contrario el gusto final de la preparacion sería demasiado intenso e invasivo.
Por último quería aprovechar que estamos en época de festejar la vendimia, para dedicar especialmente esta receta todas las hermosas personas mendocinas que tuve el inmenso placer de conocer en mi vida.
En estas tierras especialmente en la región de Cuyo, se produjo un hecho muy curioso que es el renacimiento triunfal del Malbec, una uva que antaño fuera despreciada en el viejo mundo por su fuerte tono amargo. Su nombre lo decía todo, ya que traducido del francés significa "mal pico" o "mala boca".
Trasladada a estas latitudes en el S. XIX, las condiciones del lugar al pie de los Andes, tanto del suelo como climáticas y la alta exposición a la luz solar, la han hecho desarrollar en forma inmejorable. Así se obtienen vinos de tintes violáceos, aromas intensos, texturas importantes y sabores agradables que recuerdan a las frutas rojas y un ligero toque especiado.
La excelencia alcanzada por el Malbec argentino llegó hace unos años con la tecnificación, la selección cuidada de cepas y la introducción de las barricas de roble francés que sustituyeron los antiguos toneles, así como los viejos piletones también fueron cambiados por tanques acero inoxidable. Así se hizo mundialmente famoso y sus productos más refinados obtuvieron y siguen ganando prestigiosos premios internacionales.
Pero como hay de todo en la viña del Señor, una equivocación muy extendida es la de utilizar en la cocina un vino de baja calidad, así que vamos a desechar totalmente esta idea. Si no quieren obtener resultados mediocres, pues debemos invertir unos pesos y utilizar una bebida similar a la que tomamos, más en este caso, en que su aroma va a estar muy presente, sin intervención de otras especias que enmascaren su gusto final. Igualmente usaremos un vino joven, sin paso por madera ya que de lo contrario el gusto final de la preparacion sería demasiado intenso e invasivo.
Por último quería aprovechar que estamos en época de festejar la vendimia, para dedicar especialmente esta receta todas las hermosas personas mendocinas que tuve el inmenso placer de conocer en mi vida.
Ingredientes: (para 2 personas)
Arroz: ........................ 1 copa
Vino: .......................... 1 copa
Champignon: ............ 150 g
Calabacín: ................. 1
Ajo: ............................. 1
Cebolla: ...................... ½ mediana
Pimiento morrón: ....... ⅓
Ciboulette: ................... ½ atado
maní partido: ............... 2 cdas. grandes
Sal y pimienta: ............. a gusto
Aceite de oliva: ............ cantidad necesaria
Preparación:
1. Para cocinar el arroz utilizaremos pura y exclusivamente vino. La proporción es de 1 a 1, aunque les diría que el ideal sería poner un 10 por ciento menos de arroz que de líquido, tal como se muestra en la foto, porque al momento de hervir el vino, algo de evaporación tendrá y se equiparará con el volumen del arroz. Esta copa tiene la misma capacidad que una taza de té grande y nos servirá para obtener dos porciones abundantes de nuestro plato.
2. Limpiamos los hongos retirando la tierra con un simple papel de cocina o servilleta descartable. Como siempre les digo, no es conveniente hacerlo con agua porque son como esponjas que tienden a absorber toda la humedad y eso podría perjudicar su textura. Luego los cortamos en finas láminas.
3. Retiramos la cáscara del calabacín que es lo que vamos a utilizar, (reservando la pulpa para otra preparación) y luego la cortamos en cubos bien pequeños. Cortamos de la misma forma la mitad de una cebolla mediana y un tercio de un pimiento morrón rojo. También picamos bien fino el ajo y el ciboulette.
4. Llevamos el vino a una olla y lo calentamos a fuego fuerte hasta que rompa en hervor.
5. Mientras tanto salteamos un diente de ajo picado en un chorro generoso de aceite de oliva extra virgen en una olla pequeña. Luego de 30 segundos sumamos el arroz.
6. Salamos a gusto, revolvemos suavemente y dejamos que los granos se transparenten por espacio aproximado de un minuto. El arroz debe calentarse y absorber el aceite perfumado con el ajo, pero nunca tostarse.
7. Volcamos el vino hirviendo y solo revolvemos una vez con la cuchara.
8. A partir de aquí tapamos completamente la olla sin dejar que se escape el vapor. La llama debe estar a fuego mínimo, debiendo utilizar la hornalla o mechero más pequeño de nuestra cocina. Es más, es conveniente insertar un difusor de calor o una rejilla extra entre la olla y el fuego. La idea es que éste mantenga el mínimo calor indispensable para que el arroz absorba todo el vino y se cocine en su propio vapor. Luego de 18 minutos exactos apagan la llama y dejan reposar otros 5 minutos sin abrir la tapa.
9. Diez minutos antes de que este listo el arroz procederemos a saltear los vegetales. Comenzamos con los hongos que llevaremos a un wok o sartén con aceite de oliva extra virgen a fuego bien caliente. Lo que queremos lograr es una lámina bien tostada y de textura crocante, así que es importante disponerlas separadas para que todas toquen el metal caliente y no moverlas hasta darlas vuelta. Esto evitará que se aguachenten y queden blandas.
10. Una vez salteados los hongos de ambos lados los reservamos,
10. Agregamos un chorrito más de aceite de oliva y cuando empiece a humear introducimos la cebolla y el morrón rojo finamente picados. El proceso debe durar apenas un par de minutos a fuego máximo. No queremos que estos vegetales pierdan la textura crujiente y el color.
11. Acto seguido, sumamos las láminas de champignón pero reservando de 8 a 10 de ellas para utilizarlas en la decoración final. Agregamos también la cáscara del calabacín, el ciboulette finamente picado y el maní partido salado.
12. Mezclamos con una cuchara de madera y dejamos apenas 30 segundos para que los nuevos ingredientes tomen temperatura. Salpimentamos a gusto.
13. A esta altura tendrán listo un arroz, que tendrá un color y aroma maravilloso. Destapamos la olla y agregamos el arroz a los vegetales. Si han quedado pegados algunos granos en el fondo no los remuevan, es preferible descartarlos ya que estarán mucho más duros que el resto.
14. Mezclamos todo hasta integrar bien. Si han seguido bien los pasos verán que los colores, aromas y texturas de este plato son increíbles. Luego apagamos el fuego y estamos listos para emplatar.
15. Con un aro de repostería, o utilizando una taza de té previamente aceitada en su interior, hacemos un timbal en el centro del plato. Debemos presionar bien el arroz con una cuchara para compactarlo y así evitar que se desarme al momento de remover el aro.
16. Colocamos las láminas de champignón que habíamos reservado, tapizando la superficie de nuestro timbal en la forma que más nos agrade. Luego retiramos el aro con cuidado.
17. Espolvoreamos con más de ciboulette picado y solo nos resta disfrutar. Les juro que recuerdo su aroma y sabor y se me hace agua la boca.
Mmmm, mmmm y mmmm. La boca agua. Sencilla y estupenda. Gracias
ResponderEliminarDe nada Patricia, espero que la reproduzcas y la disfrutes mucho :)
EliminarWow, se ve delicioso. confieso...bueno es un secreto a voces que me declaro uuna inexperta en muchas cosas y mi proyecto de este año es probar y hacer cuanta idea me guste y esta receta me gusto. La hare y pondre el resultado en mi blog, espero contar con un poco de tu atención y gracias por la inspiración!
EliminarTenes toda mi atención!! Espero los resultados :)
EliminarDiego, como siempre tus recetas y tu explicación son una maravilla. Gracias!
ResponderEliminarDe nada Karina, como siempre, intento que la gente no tenga excusas para no hacerlas. Todo se transforma en sencillo si seguimos los pasos :)
Eliminarya lo voy hacer , luego te cuento como me salio
ResponderEliminarcomo siempre Dieguito , tu receta una delicia
saludos
Dale!! No te duermas Olguita, un beso grande :)
EliminarEn honor a la Vendimia 2015, buena receta sin escatimar en el Malbec... bueno encontré un vocablo más urbano en tus notas "aguachenten"no siendo una expresión mendocina... refleja cierta idiosincrasia, propia en las culturas. Ciertamente todo parece simple con tus notas con un elevado toque de conocimientos, que lo hace genial, tengo un vino chileno en casa Casillero del Diablo, crees que distorsione....gracias por aclarar lo de la mantequilla, en anterior delicia, bueno hice las papas y fue genial...Gracias. Anthonyetta
ResponderEliminarBueno,con el Casillero del Diablo cruzaste los Andes pero te perdono jajaja. Así que adelante. Y viste? soy una mezcla rara de hombre de mundo con uno de barrio, aunque lo quisiera disimular no puedo. Me alegro que te hayan gustado las papas Anthonyetta, un beso bien grande :)
EliminarImagine que perdonarías la falta de vino argentino en casa, haré este menú el martes, pero voy a triturar un poco el maní. Su mezcla de mundo con urbano esta perfecto, lo hace genuino, no debes disimular. Lo que más admiro de su trabajo es la honestidad en los detalles de la receta, gracias, Anthonyetta.
EliminarNo se si está bueno que tritures el maní, te va a quedar muy arenoso. Con que sea una mitad está bien y queda crocante, aportándole un matiz muy interesante al plato. Besos Anthonyetta :)
EliminarMe encanta este blog.
ResponderEliminarGracias!! La próxima dejame tu nombre así nos conocemos :)
EliminarEsta entrada se puede servir fría?
ResponderEliminarPerfectamente :)
EliminarHola Diego, ya hice algunas recetes tuyas y salieron siempre impecables (las batatas con jugo de naranja y un pollo), pero te que quería hacer una consulta respecto de esta. Que tipo de arroz uso? Carnaroli? o algun otro?
ResponderEliminarDesde ya muchas gracias, Diego
El mas corriente y barato. El arroz largo fino, que no sea parbolizado
EliminarDiego, un éxito tu receta! me encanto, la acabo de hacer... lo único que modifiqué, es que lo acompañe con unas pechuguitas al limon!
ResponderEliminarUn abrazo, suerte con el libro!
Facundo. Desde La Plata
Gracias Facundo!! Este timbal puede constituirse en un excelente acompañamiento.
EliminarBuenos días.
ResponderEliminarQuisiera saber si tiene importancia el tipo de arroz a utilizar. Muchas gracias por tu blog, en sus distintas secciones.
Hoy estuve leyendo una de tus poesías, la de la cárcel, idea bella que comparto ampliamente. Gracias de nuevo. Saludos
Bueno, en este caso debe ser un arroz que quede suelto. Yo utilicé el largo fino, el más común de todos.
EliminarMuchas gracias.
Eliminar¿Dónde consigo tu libro? Quiero regalar algo tan especial a una amiga muy especial que ama la cocina, la poesía y piensa mucho. Gracias
ResponderEliminarTengo entrega en diferentes lugares de la Ciudad de Buenos Aires y hago envíos al inerior y exterior de Argenina. Escribime un mail a contactoconlodivino@gmail.com o buscame en facebook y enviame un mensaje privado. https://www.facebook.com/diego.bianchi.90260 Gracias!!
EliminarMe gustó la receta, somos 10 a cenar y nuestro grupo se llama Descorchen así que con Malvec le hace honor. Te parece podré tener de antemano los moldes y calentarlos al horno con un papel aluminio arriba??? o al micro. Se secará que te parece, gracias Irene
ResponderEliminary... lo podés hacer pero nunca te va a quedar igual. Pero podes rellenar los moldes en el momento y no vas a tardar demasiado, sobre todo si otro te ayuda. acordate de usar un vino joven sin madera, que sea lo menos agresivo posible.
EliminarGracias Diego, voy a tener cuidado con lo del vino que me recomendas. Si mejor voy a llenar los moldes en el momento y no me arriesgo, son todos de buen comer, además de buen beber jaja,
EliminarLo hice. Espectacular. Los aromas son increibles. Gracias!!!
ResponderEliminarQue bueno!
EliminarDiego, consulta estuviste en el Iadt esta semana? Vi a alguien muy parecido a vos.
EliminarHabrá sido Brad Pitt jaja. Que es ladt?
EliminarUn instituto de diagnóstico y tratamiento.
ResponderEliminarFue Brad Pitt nomás :)
EliminarHola Diego, lo que llamas calabacín ¿es zucchini?
ResponderEliminarExactamente.
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