lunes, 4 de octubre de 2021

Espinacas Gratinadas al Horno


Diego Blog


La espinaca y un poco de su curiosa historia:


      Se cree que la espinaca proviene del antiguo imperio Persa (actualmente Irán). En el siglo VII llegó a China en manos del rey de Nepal como regalo para el emperador. Luego, fueron los Moros que la introdujeron en España en el siglo XI y de ahí se distribuyó al resto de Europa. En América se popularizó recién en 1920 tras descubrirse sus propiedades nutricionales. Pero sin dudas nada hubiera sido lo mismo para este verde amigo si no fuera por la popularidad del personaje de dibujos animados "Popeye" y cómo influyó en su consumo en las próximas décadas.

    Al analizar  el contenido de hierro de las espinacas en 1870, el químico alemán Emil von Wolff cometió un grave error al detallar los casi 4 mg de hierro que encontró por cada 100 gr del ingrediente. Una coma mal ubicada en su informe multiplicó por 10 el verdadero contenido de hierro, por lo que durante muchos años se sostuvo de manera errónea que se estaba frente a la mayor fuente vegetal de aquel mineral.  Durante la crisis de 1930, Estados Unidos cayó en una gran depresión que derivó en que gran parte de su población sufriera desnutrición. Ante ello, y teniendo en cuenta ese viejo estudio de Von Wolff, se creyó que la espinaca podría ser la clave para recuperar la fuerza perdida por la anemia y que cuanto más hierro ingirieran las personas a través de ella, con mayor rapidez se restablecerían. Debían entonces encontrar una forma efectiva de promocionar la espinaca de manera tal que la población y principalmente los niños la aceptaran gustosos en su dieta. 

      Nacido en 1929 en el diario The New York Evening como un personaje secundario, su nombre proviene de “Pop-eye”, debido a su ojo saltón, aunque en realidad era tuerto. Tras su repentina fama, luego se convirtió en estrella de dibujos animados, donde el guion era siempre el mismo: Brutus secuestraba a su novia Olivia y cuando nuestro héroe intentaba rescatarla recibía una golpiza. La historia no terminaba ahí, claro: Popeye comía espinaca que le proporcionaba un súper poder capaz de derrotar al villano. El sencillo argumento resultó de lo más efectivo.
  




      Sin embargo, incluso después de la Segunda Guerra Mundial, las autoridades sanitarias de los Estados Unidos empezaron a detectar un incremento de las anemias entre los niños. Cuanta más espinacas comían los jóvenes de la ‘generación Popeye’, más déficit de hierro tenían en la sangre. La causa es que la espinaca no sólo no tiene tanto hierro como ellos creían, sino que además contiene ‘inhibidores de la absorción’ de ese mineral para nuestro sistema digestivo. 

      Historia extractada de publicación de www.infobae.com

   Sus propiedades y beneficios para la salud:


    Más allá del "error de Popeye", la espinaca “es considerada como un superalimento por tener altas concentraciones de nutrientes y se encuentra en las primeras posiciones en el ranking de ANDI (índice que rankea a los alimentos según la densidad nutritiva). Siendo 1000 el valor nutritivo más alto, la espinaca obtiene un puntaje de 707. 

     Está llena beneficios para la salud, destacándose por su gran aporte de fibra, además de un bajo aporte de hidratos de carbono y baja densidad calórica (pocas calorías en mucho volumen). Además es  rica en minerales (potasio, calcio, hierro, cinc y magnesio) y con altos niveles de vitaminas A, C y E, lo que hace que tenga grandes propiedades antiinflamatorias. Además posee gran aporte de ácido fólico,  una vitamina que resulta imprescindible durante el embarazo para el buen desarrollo del feto.    

      Sin embargo, las personas que han sufrido cálculos renales, gota, artritis o reúma no deben consumir espinacas en exceso, ya que tienen un alto contenido en oxalatos. Afortunadamente, la mayor cantidad de estos oxalatos se eliminan cuando se las "blanquea" y les quita el agua, como haremos en la preparación de hoy. 


El plato: 


    Esta vez haremos una crema de espinacas con bechamel y queso gratinado al horno, que nos puede servir perfectamente como acompañamiento de aves o pescados o como plato principal.

    Las espinacas se pueden consumir frescas casi todo el año, aunque es en invierno cuando son especialmente sabrosas. Una vez cortadas se deben consumir enseguida, no aguantan más de un par de semanas sin que sus hojas se pongan mustias. 

     Las espinacas frescas que se venden en manojos deben ser lavadas a conciencia porque suelen tener tierra. Aquí en Buenos Aires son muy económicas y suelen venderse 3 paquetes por solo 100 pesos (que como en la Argentina la inflación es permanente les comento que en la actualidad son algo así como 60 centavos de dolar). Nosotros necesitaremos 1 kilogramo, por lo que esos 3 paquetes normalmente bastarán y a veces sobrarán para alcanzar dicho peso.  Cuando uno la compra realmente parece muchísima cantidad, pero lo cierto es que las espinacas contienen un 90 % de agua y que luego de su cocción y escurrido reducirán drásticamente su volumen hasta transformarse en una bola que perfectamente cabrá en nuestras manos.  Allí ya podremos utilizarlas inmediatamente o o también congelarlas ya que así tratadas resisten perfectamente las bajas temperaturas por un año.  



Ingredientes:

Rinde 2 porciones como plato principal o 

4 porciones como acompañamiento:


Espinacas: ................... 1 kg
Ajo: ............................... 2 dientes
Queso Parmesano: ...... 150 g
Queso Cremoso: .......... 100 g
Mantequilla: .................. 50 g
Aceite de oliva E.V.:........ cantidad necesaria
Harina común: ............... 2 cdas. grandes 
Leche: ............................. 500 ml
Pimienta Negra molida: . Una pizca
Nuez Moscada molida: .. Una pizca
Sal: ................................... A gusto





Preparación:


1. Lavamos cuidadosamente las hojas de espinaca eliminando cualquier rastro de tierra y sin secarlas las introducimos en una olla con apenas medio pocillo de agua y un poco de sal. Tapamos y ponemos a fuego moderado  de 3 a 5  minutos.



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2. Retiramos las espinacas del fuego ni bien veamos que se han achicharrado, largando gran cantidad de agua, pero sin perder su color.

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3. Las colocamos sobre un colador, y con la ayuda de un pisa papa presionamos para ir drenando el agua atrapada en el interior de las hojas. Dejamos enfriar. 





4.  Es muy importante retirar toda la humedad para que luego la preparación nos quede bien cremosa y no se aguachente. Así que una vez que la verdura ha bajado de temperatura la tomamos con ambas manos y la presionamos fuertemente para terminar de retirarle la mayor cantidad de líquido posible. 

    Como siempre digo,  el trabajo siempre se hace mejor cuando se combina con el placer, así que mientras aprietan con todas sus fuerzas está bueno imaginar que están posando sus manos sobre el cuello de su peor enemigo, que de seguro no les quedará ni una gota sin sacar jeje. 

 





5. Luego de quitarle el agua  la vamos cortando con un cuchillo grande y afilado, repasándola varias veces en forma horizontal y luego vertical, hasta hacer un picadillo bien fino. 

    No intenten utilizar una procesadora o licuadora porque solo van a lograr hacer un puré, arruinando la textura de la preparación







6. Una vez picada, reservamos la espinaca en un bowl profundo y nos disponemos a preparar la salsa bechamel.



7. En una olla derretimos a fuego medio unos 30 gramos de mantequilla, a la que luego sumaremos  dos cucharadas grandes colmadas de harina. 




8. Mezclamos con una batidora de mano hasta integrar la harina con la materia grasa y mientras revolvemos cocinamos durante un minuto. 




9. Vamos agregando muy de a poco el medio litro de leche,  batiendo con energía hasta quitar todos los grumos. 










10. Una vez que hayamos conseguido una crema uniforme y suave, cocinamos un par de minutos hasta que se espese bien. Finalmente apagamos el fuego y condimentamos con una pizca de nuez moscada rallada, otra de pimienta negra molida y salamos a gusto.





11. Picamos dos dientes de ajo grandes, los doramos por un minuto en aceite de oliva extra virgen para luego sumarlo a la espinaca picada.








12. Hacemos lo propio con la salsa bechamel.  






13. Rallamos 150 gramos de queso parmesano que les recomiendo que compren bien estacionado, (unos 12 meses para que tenga el mejor sabor). Sumamos 100 gramos a la preparación y los otros 50 los reservaremos para cubrir la superficie en el gratinado final. 







14. Mezclamos hasta amalgamar todos los ingredientes. Luego volcamos la mitad de la preparación en unos recipientes aptos para la cocción en el horno. En mi caso utilicé dos individuales. 










15. Cortamos 100 gramos de queso cremoso en dados y los distribuimos uniformemente dentro de los recipientes. También podemos utilizar cualquier otro queso que se funda como el mozzarella, un Port Salut etc.






16.  Tapamos el queso con la otra mitad de la preparación y por encima espolvoreamos con el resto del queso parmesano rallado, haciendo una buena capa que se gratinará en el horno durante la cocción. 








17. Cortamos unos 20 gramos de mantequilla en pequeños dados que distribuiremos sobre la superficie del queso. Llevamos los recipientes a un horno precalentado a fuego fuerte (unos 200°C) y horneamos por aproximadamente 25 a 30  minutos o el tiempo necesario para lograr un buen gratinado. 








18.  Retiramos del horno y dejamos reposar unos 10 minutos hasta que baje un poco la temperatura y ya estamos listos para disfrutar de esta delicia!!







8 comentarios:

  1. ricazoo! la voy a preparar!! gracias Deigoo! :)

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  2. Lo voy a preparar, se nota que esta muy bueno, gracias x la receta!!

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  3. Gracias x tus recetas, ya no tenía más imaginación para cocinar, y tu claridad para explicar es excelente!!

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    Respuestas
    1. Muchísimas gracias! Esa es la idea, acercar recetas claras y bien explicadas para que la gente pueda replicarlas exactamente en sus casas sin ningún tipo de dudas. Saludos :)

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