Este espectacular y sencillo pan de queso brasilero, primo hermano del chipá, está hecho con muy pocos ingredientes: almidón o fécula de mandioca (también llamada yuca) y que ellos denominan polvilho, aceite, leche y huevos. Finalmente se le agrega una buena cantidad de queso rallado, preferentemente de sabor fuerte como el parmesano. También se lo puede combinar a gusto y en partes iguales con otros quesos de consistencia semi dura tales como el pategrás, el mar del plata, el gouda, el emmental o el gruyere.
Solía disfrutarlo en mis innumerables viajes a mi amado Brasil y particularmente en Arraial D´Ajuda, un maravilloso pueblo lleno de posadas ubicado a orillas del Atlántico en el Estado de Bahía. Luego de regresar de la playa y darme una buena ducha no perdía un solo instante en ir a la callecita principal y visitar el Cafe Piazza en busqueda de mi Pão de Queijo que siempre acompañaba con un buen espresso italiano. Había un cartelito con un reloj que indicaba la hora de la próxima "fornada" e indefectiblemente me ponía primero en la fila para recibirlo bien calentito y humeante, recién salido del horno.
En estos días de cuarentena me trasladé mentalmente a esos momentos felices y la sensación fue tan placentera que quería replicarla en mi casa. Busqué y miré decenas de recetas, y la mayoría de ellas proponía hervir la leche junto al aceite y hacer una especie de engrudo pegajoso, para luego moldear los pancitos en esferas. Pero hubo una de un canal de youtube llamado "Bete con Carinho" que me llamó particularmente la atención: una señora morena, con una cautivante dulzura y alegría de vivir tan característica de los brasileros, que hacía todo medio a ojo, sin mucha explicación. Lo bueno es que proponía una forma ultra rápida de hacerlos, sin demasiadas vueltas, y sin siquiera ensuciarse las manos. Solo había que agregar los ingredientes, licuarlos, ponerlos en moldes para muffins y ya tenías unos espléndidos panes a tu disposición.
Me gustó tanto su buena onda que a pesar de no tener demasiada confianza en lograr grandes resultados me puse manos a la obra. Cuando la hice, su receta me resultó demasiado aceitosa y sus tiempos y temperatura de cocción bastante errados. Pero se notaba que su técnica tenía mucho potencial y me dispuse a mejorarla para adecuarla a mi particular gusto. En un nuevo intento bajé considerablemente la cantidad de aceite y disminuí el tiempo de cocción a la mitad con un poco menos de temperatura, también agregué más porcentaje de queso y disminuí proporcionalmente la cantidad de ingredientes para que me alcancen justo para rellenar un molde de 12 muffins.
El resultado no pudo ser mejor y hasta me hizo emocionar. Había logrado unos panes super esponjosos, llenos de aroma y sabor, con una costrita exterior crocante y muy suaves y aireados por dentro. En síntesis, me hizo viajar en primera clase hacia mis más hermosos recuerdos. Una receta que incorporaré para siempre y que quería compartir con ustedes.
Como ventaja adicional les comento que estos panes carecen de gluten y por lo tanto son ideales para que también lo puedan disfrutar los celíacos. Deben comerse calientes, de lo contrario se vuelven algo gomosos. Si eso sucede le pegan un nuevo golpecito de horno hasta calentarlos nuevamente.
Rua Mucugê - Arraial DAjuda, Brasil - Foto: Posada Quinta do Sol
Ingredientes:
Para 12 unidades.
Almidón de mandioca: ..... 250 g
Queso parmesano: ........... 75 g
Queso pategrás: ................ 75 g
Aceite neutro: .................... 80 ml
Leche: ................................ 200 ml
Huevo: ............................... 1 entero + 1 yema
Sal: ..................................... 1 cda. mediana al ras