Días atrás les contaba como mi querida hermana me trajo un hermoso molcajete de su reciente viaje a México.
Les comenté que este particular mortero, - verdadero símbolo de la gastronomía y cultura de aquél país - ha servido desde la época prehispánica en la elaboración de las mas variadas comidas y que cualquiera que haya probado una salsa hecha en molcajete sabe que tiene un gustito realmente especial e incomparable; nada que ver con aquellas hechas con una procesadora de alimentos moderna.
En aquella oportunidad, también les enseñe La forma de Curarlo (hacer click para ver) y así poder usarlo sin que la piedra volcánica de que está hecho desprenda ningún tipo de arenilla.
Pues bien, hoy ya nos vamos a abocar a hacer nuestra primera salsa, que presenté en mis cenas exclusivas con muchísimo éxito entre mis comensales.
Para su elaboración se utilizan diferentes variedades de chiles de las más de 100 que hay en México. Pero aquí en Argentina solo tenemos algunas. Así que para esta primera experiencia, elegí unos jalapeños rojos que son relativamente fáciles de conseguir en las verdulerías y supermercados de Buenos Aires.
Ingredientes:
Tomate: ..................... 300 g
Cebolla: ..................... 1 pequeña
Ajo: ............................ 2 dientes
Chile jalapeño: .......... 2 (a gusto)
Cilantro: ..................... un puñado
Palta Hass: ................ 1
Lima o limon: ............. ½
Aceite: ......................... a gusto
Preparación:
1. Usaremos unos tomates bien rojos y maduros, importante para que nuestra salsa sea deliciosa. Los de la foto son bastante pequeños así que los utilicé a todos, si son más grandes hasta con uno solo bastará. Respecto de los chiles jalapeños, utilicé dos, uno mediano y otro más pequeño, sin descarar sus semillas o pepitas para que tenga un buen picor y que conserve todo su sabor y espíritu mexicano.
2. Llevamos los tomates, los chiles, la cebolla cortada en 4 y los dientes de ajo con su cárcara a una chapa o plancha de hierro bien caliente con apenas un chorrito de aceite.
3. A medieda que se vayan tostando los vegetales los damos vuelta y desarmamos las capas de la cebolla.
4. Es importante cuidar que el chile no se nos queme demasiado para evitar que adquiera un gusto amargo, así que vamos a prestar atención para darlo vuelta varias veces y que tome un tono parejo. Al resto de los vegetales los podemos tostar más, eso le dará a nuestra salsa un gustito ahumado increíble.
5. Una vez bien tostados, quitamos los vegetales de la plancha y pelamos los ajos.
6. Siempre que machaquemos en el mortero o molcajete, es recomendable empezar poniendo una pizca de sal gruesa, que aparte de obviamente salar, nos va a ayudar a deshacer los alimentos. Luego hacemos una pasta de ajo machacando con la manita o tejolote.
7. Sumamos los chiles jalapeños a la pasta. Si quieren que no sea tan picante pueden retirar todo o parte de las semillas, aunque la verdad que la salsa perdería su gracia y espíritu mexicano.
8. Llegó el turno de machacar la cebolla y luego los tomates. Miren que hermosa explosión de color.
9. Luego cortamos una palta o aguacate a grosso modo y la agregamos a la preparación machacándola pero sin que llegue a deshacerse completamente. Esta es de la variedad Hass que es tirando a pequeña, si uds tienen un ejemplar muy grande solo utilicen la mitad.
10. Agregamos el jugo de media lima o limón y finalmente un puñado de cilantro.
11. Finalmente podemos colocar un chorrito de aceite. Revolvemos un poco con la maza o tejolote y ya tenemos lista nuestra deliciosa salsa picante.
Tendrán una hermosa explosión de sabor y colores lista para disfrutar!!