Índice del Blog

martes, 26 de mayo de 2009

Duelo de Dioses


    Era uno de esos días en que el gran Dios de los océanos, se levantaba colérico, intratable. Siempre que amanecía de esa forma, Neptuno salía a recorrer los confines de su reino, en busca de extender sus dominios.
    Así llegó a la costa de un remoto lugar, donde se levantaba un milenario castillo que flanqueaba su paso.  De inmediato estalló de furia, generando enormes olas que se estrellaron violentamente contra esos muros de roca sólida.



                                        Torre Normanda de Maiori. - Costiera Amalfitana. Italia.



      Luego de unos instantes y como por arte de magia, el castillo se transfiguró en el circunspecto Saturno. Los hábitos de monje y aquella capucha negra que le cubría la cabeza, apenas dejaban entrever el severo rostro gris.  Su mano derecha, blandía amenazante una afilada hoz. La misma con la que había castrado y destronado a su padre, el gran Urano.
    - Alto insolente! - Le espetó con voz grave al invasor. - Te conmino a abandonar inmediatamente mis dominios. A menos que quieras experimentar el filo de mi guadaña.
  
    Soy el Dios que rige el elemento tierra, las formas, las estructuras y el tiempo. Encarno la ley, a la que todo el mundo debe atenerse y respetar. Al insensato que intente violar mis reglas, no dudaría en cortarle el hilo que lo sujeta a la vida, y entregarlo sin misericordia a la gélida muerte. Como guardián del umbral, te advierto que pronto acabarán tus días, si persistes en derribar los muros de este castillo.
        - Neptuno, lanzó una sonora carcajada. - Dudo que puedas detenerme. ¿Qué podría hacer la estructura más dura, la más enorme y resistente, comparada con el inconmensurable poder del agua?. ¿Qué daño podría causarle el paso de tu afilada hoja, más que salpicar su superficie blanda y flexible? ¿Cómo podría la muerte alcanzarla, si ella es dadora inagotable de vida?. Tampoco el tiempo sería capaz de dominarla o de poner un freno a sus caprichos. Quizá tarde millones de años en horadar la piedra, pero al final lo lograría. O tal vez consuma unos pocos instantes en encontrar un resquicio para poder pasar inadvertida. Podría evaporarse y como nube, superar la más alta cumbre. Y si fuera necesario, provocaría un diluvio tan grande, que cualquier cosa quedaría sepultada bajo mis dominios.

4 b

        Mar del Plata - Argentina



     Ambas deidades se miraron fijamente, tensaron sus músculos y se trenzaron en feroz lucha, mientras los demás dioses, miraban extasiados desde las alturas del Olimpo.
    Tierra y Agua pugnando por sobresalir, armando y disolviendo continentes, creando y extinguiendo formas, generando y quitando vida. 
       Plutón, desde el inframundo, se regodeaba con el formidable espectáculo de muerte y destrucción. Con su enorme poder, ayudaba subrepticiamente al contendiente que se encontraba en circunstancial desventaja, a fin de asegurarse que el encono nunca termine.
       La épica batalla aún se sigue librando, y durará casi una eternidad, hasta que ambos comprendan que son inseparables el uno del otro y que algún día volverán a ser uno.


Fin





Más cuentos, relatos y poemas en....

El Guerrero de la Luz .... y la Oscuridad - Cuento acerca de la integración de la sombra individual y colectiva -

Una Segunda Oportunidad   - Cuento  Fantástico  -

Un Puente Entre Dos Mundos Relato acerca de mi experiencia con la Ayahuasca -

Mil y Una Noches - Poema -

Provocando Soles - Poema -







12 comentarios:

  1. Ambos son inseparables porque se complementan. Los cuatro elementos más importantes son Agua, Aire, Tierra y Fuego. Son sublimes y poderosos.
    La foto muestra el poder del mar y el valor del hombre, cuya morada ubicó en aquel rincón que se parece al fin del mundo.
    Una postal que habla por sí sola...
    Gracias por compartirla

    ResponderEliminar
  2. Me gustó mucho Diego! Sobre todo me llegó la forma de ver a Neptuno como una deidad que pelea por su espacio, cuando muchas veces uno lo asocia a algo mas blando, no algo que vaya a "pelear". Y la foto es excelente para graficarlo.
    Besotes!!

    ResponderEliminar
  3. Bueno punto Pauli. Visto desde lo humano - en su estado de evolución actual -, quizá Neptuno sea la energía más amenazante y peligrosa. Es mucho más fácil para el ego identificarse y estructurarse con Saturno que entregarse a la disolución que le impone el Dios de los mares. Gracias por los comentarios.

    ResponderEliminar
  4. Muy, pero muy bueno! Le das a Neptuno la fuerza que merece y que tantos astrólogos le quitan cuando lo asocian con la confusión, la evasión, etc. etc. y le hacés, en tu relato bajar un cambio a Saturno, a quien tanto poder se le otorga en estos tiempos, espero que el punto medio entre estos dos gigantes se encuentre algún día, gracias, Fabiana

    ResponderEliminar
  5. Tal cual Fabiana, los Japoneses saben bien de la furia de Neptuno ¿no?. Igualmente esta lucha simbólica se libra en nuestro ser con todos los planetas que están en aspecto duro. La consciencia primero se identifica con uno de ellos, llegando el otro generalmente por destino. Finalmente y en el mejor de los casos, se produce una cierta alquimia entre ellos.

    ResponderEliminar
  6. Excelente Diego, sintetizas astrologia, mitologia, psicologia, filosofia, fisica y literatura!!! Lo disfrute mucho, te felicito de verdad, un abrazo!!! Marta

    ResponderEliminar
  7. Todo esooo???? Jaja, no me había dado cuenta. Mil gracias Marta por tus palabras. Un beso grande!!

    ResponderEliminar
  8. Lo cierto es que la mitología es una herramienta invalorable para desentrañar las carácterísticas de las conductas arquetípicas que nos rigen a los seres humanos y que son fácilmente identificables en los planetas de nuestra carta natal.

    ResponderEliminar
  9. muy buena descripción de Neptuno, las personas siempre confunden sensibilidad con falta de carácter, y está muy lejos de ser así, pero necesitamos tambien a Saturno para poner los pies sobre la tierra, debemos "amigarnos" con estos dos Planetas , ni uno es tan "duro", ni el otro es tan confuso, solamente debemos encontrar el equilibrio

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Exacto Liliana. Y yo agregaría que hay que tener mucha sensibilidad neptuniana para darse cuenta de los sutiles y constantes cambios que experimenta la realidad en la que vivimos. Porque sinó Saturno se convierte para nosotros en una cáscara muerta del "deber ser". En el apego estricto a una foto de un tiempo pasado que ya murió y dejó de existir. Vivir en el presente, con la percepción alerta como diría Krishnamurti, es nuestro norte. Aunque para llegar a ello nos falta un largo trecho por recorrer. Todavía seguimos atrapados en la ilusión del yo, vivimos comparando todo lo que nos pasa con recuerdos del pasado y formulamos conceptos rígidos que nos cuesta cambiar. Pero como dice el final del cuento, esta pelea algún día terminará y estas dos finas percepciones se unirán.

      Eliminar
  10. Muy lindo, Diego!!!! La cantidad de maneras en que Neptuno y Saturno pueden interactuar, es exepcionalmente compleja y profunda.La belleza de este cuento inspirado en el cosmos es que intenta develar los misterios del universo. Excelente la historia y muy bien escrito! Felicitaciones!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mil gracias Pato!! Que lindo es poder observar y desentrañar la forma como interactuan las energías del Cosmos. Sobre todo al lado de gente que uno quiere tanto, como yo te quiero a vos. Un beso enorme!!

      Eliminar