El jengibre es originario del Sudeste Asiático, y fue utilizado por las culturas hindúes y chinas por milenios. Los chinos lo consideran un alimento yang picante, que equilibra la comida fría (ying) para crear armonía. Griegos y romanos, también lo consumían.
LLegó a Francia durante el siglo IX, y más tarde, a Inglaterra, ganándose un lugar de gran importancia en la cocina medieval europea.
Los árabes introdujeron en Europa el Gingembrat o jengibre confitado elaborado en Asia, que se exponía para su venta en grandes tarros de porcelana, llamados ginger jars.
Hoy vamos a hacer nuestro propio jengibre confitado, una golosina deliciosa, picante y super perfumada. Particularmente a mi me encanta para consumirla a la hora del café luego de una buena cena.
Para hervir y suavizar el jengibre:
Jengibre: ............200 g
Agua: ................ abundante
Para el almíbar:
Azúcar: ............... 200 g
Agua: .................. 200 ml
Para rebozar:
Azúcar: ................ 50g
Preparación:
1. La forma más fácil y efectiva de pelar el jengibre es raspando con una cuchara, ya que ésta copia perfectamente la superficie irregular de esta raíz y solo le quita la cáscara, dejando intacta toda su pulpa.
2. Cortamos el jengibre en rodajas tal como se muestra en la imagen de abajo.
3. Luego en finos bastones del tamaño de las papas pay.
4. Las ponemos en una olla con abundante agua y las llevamos a fuego fuerte hasta que rompa el hervor.
5. Luego bajamos la temperatura al mínimo y dejamos hervir por una hora.
6. Pasado el tiempo de cocción, colamos y reservamos el agua para perfumar otras preparaciones. Pueden guardarla por unos días en un frasco cerrado en la heladera o hacer cubitos de hielo y conservarla durante meses.
Haciendo este paso solo una vez, obtendremos una golosina bien picante y llena de sabor, como a mi me gusta. Para los que quieran atenuar el picor de los bastones, pueden hervirlos por más tiempo, agregándole nuevavamente agua y descartándola 2 veces más, en intervalos de 20 minutos.
7. Una vez que hervimos los bastones los volvemos a poner en la olla agregándoles el azúcar y el agua en partes iguales.
8. Llevamos a fuego medio y hervimos unos cuantos minutos hasta que veamos que el líquido se reduzca y espese formando un almíbar.
9. Apagamos el fuego y ayudándonos con un tenedor ponemos cada uno de los bastones a secar en una rejilla por aproximadamente 10 minutos. El almíbar sobrante podemos guardarlo por ejemplo para endulzar una buena limonada con menta.
10. Ponemos un poco azúcar en una bandeja y rebozamos cada uno de los bastones con ella.
12. Dejamos descansar unas dos horas en la rejilla.
Y ya estarán listos para comer. Los que sobren pueden guardarlos en un frasco de vidrio cerrado y dejarlos en un lugar fresco y seco.
Magistral... Gracias. Abrazo
ResponderEliminarOtro :)
EliminarDelicioso!!! Mil gracias
ResponderEliminarUn placer :)
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