Ingredientes:
Para 4 personas
Pollo: ...................... 1 de aprox. 2,5 kg
Miel de abeja: ......... 3 cdas grandes
Mostaza: ................. 3 cdas. grandes
En este espacio te propongo disfrutar de algunas de mis pasiones y formas de expresión: Fotografía, Cocina, Viajes, Astrología, Poesía y alguna que otra reflexión que capte tu atención. Ayudame a hacer contacto...
Queridos amigos, hoy les propongo hacer un delicioso guiso que lleva como ingrediente principal un corte de carne de res muy noble y versátil que aquí en Argentina se denomina "Bola de lomo" Si se lo corta en finos filetes que luego se rebozan en pan rallado y se fríen, salen las famosas "Milanesas" argentinas de tamaño mediano, redondas, tiernas y sabrosas. Aunque también funciona muy bien para cocciones de larga duración como la que vamos a preparar, siendo además muy rendidor porque tiene poca grasa y por lo tanto escaso desperdicio.
En ninguna otra parte de Latinoamérica se lo llama de la misma forma ya que en Colombia lo conocen como "Bola de Pierna". "Bistec de Cabeza de Lomo" le dicen en Perú, "Pulpa Abajo del Asado" en Uruguay, "Bola" en México, "Pulpa Redonda" en Ecuador, "Posta rosada" en Chile, "Patinho" o "Bochecha" en Brasil, "Rabillo de cadera" en Bolivia y "Chocozuela" en Venezuela. En el viejo continente, mas precisamente en España se lo consigue bajo el nombre de "Babilla" y en USA como "Sirloin tip".
Pero este guiso es muy especial, porque al contrario de lo que se podría esperar en una preparación donde la larga cocción concentra, funde e iguala todos los sabores y colores de sus componentes, llevándolos a un tinte parduzco casi uniforme, aquí trataremos de conservar intactas las características y el aspecto de la mayoría de ellos.
Así, utilizaremos diferentes tipos y tiempos de cocción, haciendo que ciertos ingredientes como la carne, parte de la cebolla y la pulpa o extracto de tomate se hagan muy lentamente, constituyendo una base parecida al "Goulash" húngaro; mientras que a otros solo los cocinaremos lo justo y necesario para conservar su textura, color y sabor individuales, tal y como haremos con los corazones de las cebollas, los bulbos y tallos del verdeo, los tomates cherry, las zanahorias, los morrones y los ajíes. Además utilizaremos algunos trucos para lograr una salsa más suave y untuosa sin necesidad de utilizar harinas agregadas, condimentando con semillas, bayas y hierbas, así como abundante pimentón y orégano, terminando con una buena cantidad de cilantro procesado al estilo del "Seco" peruano. También sumaremos un buen vino malbec argentino para redondear un sabor realmente increíble.
Y como la comida primero entra por los ojos, nos tomaremos un tiempo extra par tratar de cuidar al máximo la estética de cada uno de los ingredientes, fundiendo en una misma experiencia el placer de degustar un plato de larga cocción como el que hacían nuestras abuelas, con el disfrute visual y táctil que aportará sus vibrantes colores y diferentes texturas.